Decálogo del Criador

OBJETIVOS DE LA CRIA

El fin de la cría de una determinada raza, es su mejora y selección, para obtener ejemplares cada vez más sanos y hermosos, que se acerquen lo más posible al estándar de la raza, por lo que no se debe dejar la cría en manos inexpertas. Los ejemplares destinados a reproducción se deben entregar a personas con formación contrastada y conocimiento sobre reproducción, salud y características de la raza en cuestión.
En la mayoría de los países desarrollados está prohibida la cría indiscriminada, es decir, por criadores no registrados y con animales sin registro y control veterinario, realizada sin cumplir ciertos requisitos fundamentales.
Por lo dicho con anterioridad es importante que los criadores no entreguen gatos sin esterilizar previamente, impidiendo la cría indiscriminada y en consecuencia la degeneración de la raza.

Los criadores están obligados a testar a sus reproductores de las enfermedades que afecten a la raza. En el caso de los sphynx es fundamental hacer ecocardios anuales, a partir del año de edad del gato, con cardiólogos especializados, ya que hay cierta incidencia de HCM o CMH (Cardiomiopatía Hipertrófica Felina). La necesidad de repetirlos anualmente es debida a que las lesiones de la enfermedad pueden detectarse pasados unos años. Recientemente tenemos disponible además una prueba por ADN (PCR) para detectar la presencia de alguno de los genes responsables en los sphynx.

Un gatito no debe entregarse a los nuevos dueños antes de los 3,5 o 4 meses para que esté completamente vacunado. Teniendo en cuenta que la vacunación, para ser efectiva, debe contar con 2 dosis de cada una de las enfermedades de las que se vacuna. La primera dosis no debe aplicarse jamás antes de las 8 semanas y lo ideal es entre las 8 y 10 semanas de vida, dejando pasar 3 o 4 semanas hasta la siguiente dosis. Por lo que, por muy pronto, el gatito acaba de vacunarse entre la 12 y 14 semana de vida, a lo que debemos añadir un mínimo de 10 días para que la inmunidad pueda desarrollarse.

Los gatitos deben entregarse con microchip insertado y permitiendo hacer efectivo el cambio de propietario en el registro de la provincia correspondiente con todos los datos. El microchip es fundamental para identificar el gato de por vida, evitando el fraude, la pérdida y lo que es peor, el abandono del animal en un futuro. En los clubs pertenecientes a federaciones internacionales como FIFe, TICA o CFA, los números de los microchips constan en el pedigree, dificultando la falsificación de estos.

Todos los gatos de raza deben estar inscritos en un club oficial (LOE), donde conste su genealogía de al menos 4 generaciones de ancestros (pedigree). La ausencia de este requisito impide saber si el gato es de raza, si sus padres son hermanos o el grado de consanguineidad del ejemplar. Además, existen bases de datos internacionales sobre casos de enfermedades genéticas que se pueden rastrear, cada día más información sobre ejemplares o criaderos que han resultado con problemas de salud.
Un pedigree tiene un coste muy bajo para un criador, por lo que hay que desconfiar de anuncios o pseudocriadores que dicen que sus reproductores son de raza, pero que no han registrado la camada con cualquier disculpa, eso es un fraude muy común.

Es muy aconsejable asistir a exposiciones felinas con los gatos reproductores para que jueces expertos valoren la cercanía al estándar de la raza de los mismos y evaluar la idoneidad de estos para la cría.

Los criadores deben dar información clara sobre sus camadas, fechas de nacimiento, padres de la camada, incidencias en la cría, títulos y resultados en las exposiciones… Evitando ocultamientos de información que hagan desconfiar de su proceder.

Es importante que los criadores faciliten a los nuevos propietarios un contrato que incluya una completa identificación del gato y que contenga garantías sobre salud del animal y condiciones de entrega, así como cláusulas de protección del gato, cuidados y otros aspectos que el criador quiera incluir.
Los criadores deben comprometerse a asesorar a las personas que se queden con sus gatitos en cuanto a cuidados, higiene y educación de la mascota indefinidamente.

Un buen criador debe asegurarse del destino de sus gatos, investigar en medida de lo posible la idoneidad de los nuevos propietarios y la calidad de vida que le pueden ofrecer al gato, así como intentar que el gato viaje en las mejores condiciones posibles hasta su nuevo hogar.

Decálogo del criador: Características